La Novena

Impresa por Editora Natalio Héctor Pirovano en el año s.n., 19–

Tango: La Novena

Música: Miguel Bonano

Año: 1933

La ciudad bosteza,
de pena y placer
envuelta en las sombras
del anochecer…
Campanas de bronce,
las voces de Dios,
anunciando «la Novena»,
se oyen cual deber sagrado
con su toque acompasado,
de oración.

Viejitas y muchachas, desfilan hacia el templo,
consuelo de las almas, que descansan en paz.
Hilvanan un rosario de penas y recuerdos,
de hermanos, padres, novios que ya no volverán.
Los fieles de rodillas elevan hacia el cielo
plegarias a la Virgen y súplicas a Dios,
y mientras en voz baja dicen avemarías
el padre «sermonea» desde el Altar Mayor.

En un rincón del templo, hincada y sollozando,
una viejita humilde que llora de emoción…
Son lágrimas de su alma las cuentas del rosario
y es infinita angustia la de su corazón…
Respetan esa pena los que saben la historia,
y en su dolor sagrado repite en la oración:
¡Señor…! ¡yo tuve un hijo…! pero vino la guerra…
Me lo pidió la patria… y nunca más volvió!

Lo esperó con ansias
en su soledad
y con su retrato
se ponía a llorar.
Lo esperó con ansias
pero no volvió.
Los que han vuelto le contaron
que en la guerra lo mataron
abrazado a su bandera,
con valor.

Letra de Alfredo Bigheschi

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